martes, 25 de febrero de 2014

La apuesta

Mi vida ya había dado demasiadas vueltas, recuerdo que en aquél entonces no tenía mucho que perder, por no decir nada. Mi vida en ese momento era todo felicidad, y ya sabéis lo que sucede cuando se junta la felicidad con estar a plena energía, pues si, en ese momento me sentía invencible, era aquél caballero al que nunca tumbarían. Con esta pequeña introducción os cuento el error que aquella mañana, sin pensar las consecuencias llegué a cometer en otra de mis locas acciones, la chica era guapa, debo de reconocer que de tremendo cuerpo, sin embargo una cicatriz que iba más allá de lo superficial me impedía pensar siquiera en besar a aquella dama, así que con afán de diversión apreté las manos junto a mi compañero con la palabra de haber quien se la llevaba antes, y con mi sonrisa en el pensamiento de que yo nunca lo iba a lograr, ya que ni siquiera quería intentarlo, pero las risas de mi amigo intentándolo no iban a sobrar en aquellos días donde mi vida iba sobre ruedas.
Con el paso del tiempo no escape de mi destino, de aquello que todos los hombres nacemos, o al menos con lo que yo poseo desde que tengo uso de razón, por aquel entonces al hacer la apuesta era consciente de ello, pero al creerme invencible no quería creer que mi instinto de victoria me iba a pasar una mala jugada al ver como mi compañero tonteaba con aquella chica a la que yo desde un principio ya había renunciado a su ser, y a sus labios.
Desde aquel entonces, mi maldito instinto me persigue, la obviedad de que si continuo caeré en la red de otra araña distinta a la que en antaño me provocó tanto dolor, no me impide el seguir intentando esta maldita locura. Y lo peor de todo es que no reacciono, sé que me apetece, sé que lo hago porque el arte de tontear es lo más sano de esta vida, también se que si lo consigo me cansare, como siempre, y si no lo hago me dañare por simple orgullo varonil, a parte de con el tiempo encontrare otra chica con las que divertirme.
En conclusión es que solo quiero probar cosas nuevas, o sentirme de la misma forma con personas distintas, y por pura tontería el que se esta enganchando soy yo, y lo peor de todo ¡Es que yo mismo me hice mi propia trampa! pero no pasa nada, porque como siempre he dicho yo puedo con todo, y si no sale el sol, yo brillare en su ausencia, y mis ganas de rozar su cuerpo, se fundirán en un solo instante, allí donde los sueños se hacen realidad.